jueves, 23 de febrero de 2012

EL ARTE DE SOPLAR BRASAS

Al finalizar el curso de Experto en Coaching en el IEC, nos regalaron un libro de Leonard Wolk, uno de los precursores del Coaching, titulado "El arte de soplar brasas". En él Wolk explicaba que" uno de mis primeros interrogantes como coach es preguntarles como se veían en sus inicios profesionales, qué sueños tenían. Muchas veces observo como un fuego sagrado ojos que se iluminan como brasas de ilusión. Y pienso: ¡Eso no se perdió¡ ¡ Está¡ ¡Casi apagado pero está¡. El conocimiento, la pasión aún perduran. Se trata entonces de recordar; por ello en una primera definición poética defino al coach como un soplador de brasas".

En mi trabajo como coach, he recordado en numerosas ocasiones tanto ese sugerente título como la fotografía de unas brasas ardientes que aparece en su portada. Y lo he hecho sobretodo en momentos en los que la problemática estaba relacionada con temas referidos a las parejas. " donde hubo fuego puede haber rescoldo, pueden quedar brasas, tenemos dos opciones: arrojar un caldero de agua y apagárlas para siempre o soplar hasta revivirlas".

La elección depende siempre del cliente, pero en los casos en los que se optó por soplar, resulta emocionante observar como ese brasa va intensificando su color, recuperando su rojo intenso, como una fuerza que nace en el interior del rescoldo proveniente del entendimiento de la esencia de la otra persona, como van surgiendo las chispas de lo vivido y se van recuperando tímidamente las llamas de la ilusión y de la complicidad.

En todos los casos he trabajado con uno de los miembros de la pareja, pero creo que sería realmente interesante que fuera un proyecto de dos. Y esta es la razón de ser de este blog, ofrecer pautas y herramientas para vivenciarlas  en pareja, para que el esfuerzo de soplar sea compartido y parejo y por ende más  eficaz.

Hace tiempo un amigo me dijo: " No sé quien de los dos dejó de soplar primero, pero lo dejamos apagar y hace tiempo que abandonamos este fuego". En aquel momento no supe ofrecerle alternativas pero hoy sé que es conveniente :
- Conocernos y conocer a la otra persona en su esencia, saber cuales son los valores que le mueven.
- Descubrir cuales son las motivaciones y los propósitos de vida de una forma clara.
- Entender la forma de comunicación de la otra persona ( recibimos y emitimos  la información de formas muy diferentes).
- Responsabilizarnos de nuestros anhelos, de nuestras expectativas, sin cargar esa responsabilidad en la otra persona.
- Saber cuales son las secuencias  mediante los cuales vibramos y podemos hacer vibrar de emoción.
- Comprender las emociones del otro, y aprender a gestionarlas juntos....

Podríamos continuar enumerando diferentes aspectos, hay más y todos pueden conformar una base sólida sobre la que pilotar una buena relación, ya sea esta un fuego recién empezado , un fuego ya  prendido, un fuego que empieza a perder fuerza o incluso uno que tiene más de brasa que de fuego.  En cualquiera de los casos el trabajo en complicidad y compartido puede conseguir mantener vivo y vibrante ese fuego del amor y que perdure en el tiempo tanto como la pareja desee.